Cuando se seco las lágrimas se prometió no volver a llorar. Nunca habia disfrutado con los sabores salados y tampoco estaba dispuesta a que volvieran a hacerle daño. Su imagen en el espejo era digna y patética al tiempo. Ungolpe en la puerta la arrancó de su ensimismamiento. Con los puños apretados abrió la puerta y con los ojos cerrados lanzó el puño al aire buscando su mandibula. Él ya no estaba.No habia podido encontrarla... Pero, muchas veces, se despertaba sintiendo que no habia podido escapar. La habia matado ligeramente.
Es un gustazo regresar, y ver que nada ha cambiado.
ResponderEliminarSiempre me gustó tu forma de decir demasiado con pocas palabras ;)