jueves, 25 de julio de 2013

La delgada cuerda floja

Caminamos sobre una cuerda floja muy estrecha y sin mirar abajo, con la falsa seguridad de una inmortalidad prometida. Sólo hace falta un instante, una situación, ver como se pierde una mirada de forma definitiva para saber que somos frágiles y que no hay nada más allá de la estela que queda tras nosotros y que es eso lo que hay que cuidar para poder ser inmortales.

2 comentarios:

  1. Qué bonito!!

    "inmortalidad prometida" bueno exactamente no creo que sea así, estamos hartos de escuchar muerte y tragedía por allá por donde miremos, así que no es que nos vendan esa inmortalidad, sino que uno siempre piensa que a él no le va a tocar...pero toca, ya que por suerte o por desgracia es lo único seguro en esta vida.
    Y sí, estoy contigo, hay que tratar de dejar un estela grande y bien marcada.
    Un beso

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  2. La inmortalidad es algo tan débil como la mortalidad, y vivir después de esta vida, solo se consigue en el recuerdo de aquello que dejamos a fuego en la piel, y la retina de quien nos ama.

    Tan solo en vida, como la llama que nos acompaña se dan los pasos que nos guían, tan solo en vida amado mío dejaré mi semilla en tí, la descendencia del lazo que siempre nos una hasta después de muertos, hijos. Ellos serán nuestra inmortalidad, pues ellos son nuestro recuerdo vivo.


    Besos.

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