sábado, 23 de noviembre de 2013

Mercancía sensible

En la caja habia corcho del que se utiliza para las cosas frágiles, dejó la mercancía con cuidado y la cubrió con más de aquel material. Cerró la caja y la selló con cinta adhesiva.

- Señor, el funcionamiento de la caja fuerte...
- No se preocupe.
- Es que no podrá abrirla.
- He dicho que no se preocupe.

Mientras cerraba la caja fuerte con la pequeña caja dentro sintió un vacio. Un sonido metálico le indicó que ya no podría volver a abrirla. No barajó otras opciones, vivir con el corazón en una prisión tampoco iba a ser tan malo.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Tu luz y mis sombras

"No he dejado que vieras quién soy. He ocultado mis sombras en la oscuridad que me cubre, un velo que he aceptado resignado para no mostrarte el dolor del que quiero protegerte. Sabes que cuento tus miradas, que acumulo tus palabras para montar las frases que me gustaria oir de tus labios, que pierdo el tiempo rellenando tus silencios con conjeturas de tus pensamientos... Es una estupidez por mi parte esperarte en cada esquina con la vana esperanza de tu presencia. Soy la sombra y tú la luz necesaria para hacerme desaparecer"

martes, 19 de noviembre de 2013

Estar bien

Nadie sabia donde habia guardado la tristeza. Las miradas compasivas le taladraban la nuca y su cara pintada no se permitía una lágrima. Más tarde ante el espejo con el rostro limpio, éste le devolvía el reflejo de una muñeca rota con los labios entumecidos por las falsas sonrisas. Tenía que estar bien y acotar la tristeza en un espacio y tiempo reducido y determinado. Era tan necesario como respirar.

sábado, 9 de noviembre de 2013

La huida

"La desesperanza es una puta que se abre de piernas cuando bajas la mirada. Cruza las piernas sobre tu espalda y no te deja escapar. Te va vaciando por dentro mientras te pide que no pares"
"Siempre se puede negar uno"
"Cuando ya no te queda nada hasta lo dañino es tener algo"
"Huye"
"Mañana. Lo tengo todo planeado. Asi que improvisaré"

lunes, 4 de noviembre de 2013

Los hilos que sujetan los recuerdos

Ella lo guardaba todo. El tacto del objeto más insignificante podía hacer que rememorara un beso, una caricia, una piel distante o un instante felicidad o tristeza que no debiera perderse. Los recuerdos en la cabeza ocupaban demasiado espacio y tenerlos allí le impedía mirar al futuro con la mente siempre limpia, por eso decidió, hace años ya, que utilizaria un hilo fino para coser los recuerdos a los objetos. Una habitación acumulaba todo tipo de cosas, grandes y pequeñas, algunas sin valor monetario alguno y otras que bien valdrían algunos euros... El el techo flotaban todos los recuerdos, chocando unos contra otros, entrelazando sus hilos... No era un lugar ordenado pero ella siempre encontraba lo que buscaba.