lunes, 4 de noviembre de 2013

Los hilos que sujetan los recuerdos

Ella lo guardaba todo. El tacto del objeto más insignificante podía hacer que rememorara un beso, una caricia, una piel distante o un instante felicidad o tristeza que no debiera perderse. Los recuerdos en la cabeza ocupaban demasiado espacio y tenerlos allí le impedía mirar al futuro con la mente siempre limpia, por eso decidió, hace años ya, que utilizaria un hilo fino para coser los recuerdos a los objetos. Una habitación acumulaba todo tipo de cosas, grandes y pequeñas, algunas sin valor monetario alguno y otras que bien valdrían algunos euros... El el techo flotaban todos los recuerdos, chocando unos contra otros, entrelazando sus hilos... No era un lugar ordenado pero ella siempre encontraba lo que buscaba.

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