jueves, 31 de marzo de 2011

Recorridos

"¿Porqué me dices esas cosas?¿Qué he hecho yo para merecer tu desprecio?"
"Nada, no has hecho nada"
"Joder, reacciona... No te quedes ahí parado"
"¿Que te puedo decir? Que he llegado a un punto en que la distancia es enorme aunque estés a mi lado. Que has perdido ese halo que te perseguía cuando entrabas por las puertas. Que la música que acompañaba tu voz se ha perdido"
"Joder... Esto es el final"
"Si"
"Lo dices así... Un simple si, no hay nada más. ¿Es que no tienes corazón?"
"Si tengo. Está a medio camino entre mi cabeza y mi polla"
"Alguna vez lo oía latir cuando recorría ese camino"

miércoles, 30 de marzo de 2011

Concreto

"Tengo la pequeña necesidad de verte"
"¿Cómo de pequeña?"
"Más bien tendrías que haber preguntado como de necesaria"
"Tal vez soy una pesimista sentimental"
"Tal vez debo ser más concreto para evitar preguntas. Necesito verte"
"No dejes de mirarme"

martes, 29 de marzo de 2011

Vueltas

"¿Me acompañas al fin del mundo?"
"Sólo si está lo suficientemente lejos como para pasar todo el tiempo que nos queda en el viaje"
"La Tierra es redonda"
"Pues a dar vueltas"

lunes, 28 de marzo de 2011

Repetir

"Ojalá pudiera detener este instante"
"¿Para qué?"
"Para sentir siempre tus manos cálidas acariciándome. Para que tu aliento me recorra como viento por las colinas. Para poder creer que la felicidad existe..."
"La felicidad no existe. Este momento pasará y sólo será un recuerdo. Aunque tú y yo repitamos mañana"
"¿Repetiremos mañana?"
"Claro que sí. Que la felicidad no exista no quiere decir que dejemos de buscarla"

sábado, 26 de marzo de 2011

Atardecer

"Estoy empezando a odiarte... Es algo progresivo como un atardecer, la luz se va perdiendo en el horizonte y, al final, todo es oscuridad"
"¿Cómo debo tomarme eso?"
"Bueno tienes dos opciones: la primera es sentirte halagado si el sentimiento es mutuo y la segunda es sentirte desgraciado si lo que sientes por mi es lo opuesto"
"Después de esto creo que mis sentimientos van a seguir el mismo camino del atardecer que has dicho antes"
"Lo siento"
"Abrigate bien, cuando llega la noche empieza a hacer frío"

viernes, 25 de marzo de 2011

Torpeza

"No soy capaz de expresarlo demasiado bien... Y te juro que lo he ensayado mil veces delante del espejo. He buscado las expresiones más adecuadas para conferir más verdad, si cabe, a lo que te quiero decir"
"Podrías, simplemente, decirlo. Ser un poco más espontáneo"
"Entonces no sería yo... Y no puedo saber lo que pensaría en ese caso"
"Estás divagando demasiado"
"Lo mío es divagar... Lo hago cuando estoy nervioso y ahora mismo estoy en un punto de inflexión... Lo que te voy a decir conlleva una respuesta y tu respuesta puede marcar el camino que cogeré a partir de ese momento"
"Te ayudo"
"No. Si todo sale bien prefiero que tengamos un agradable recuerdo sobre la más torpe declaración de amor de todos los tiempos"

martes, 22 de marzo de 2011

Indiferencia

"Te llamo para decirte que es la última vez que vamos a hablar"
"Es un detalle por tu parte que me anuncies tu indiferencia"
"Es lo mínimo que puedo hacer"

lunes, 21 de marzo de 2011

Igualmente

"Maldita sea... No necesito que nadie me ayude. Yo me hundo en el pozo y yo salgo de él, si puedo... Si no puedo, pues a joderse toca. Que nadie malgaste un segundo"
"De acuerdo. Si es eso lo que quieres, bien. Cada uno debe tomar sus decisiones y equivocarse. El derecho a ser imbécil es algo universal"
"Pues eso, dejame tranquilo"
"Si no te importa, me voy a quedar sin hacer nada, aquí a tu lado, viendo como te hundes... También es mi decisión. Podrías cambiar de opinión en el último momento y es muy triste estar sólo cuando necesitas ayuda"
"Este es un pais libre. Pero eso no va a pasar"
"Bueno... Aquí estaré igualmente"

De menos

"Te he echado de menos"
"Es difícil de creer, aunque nada me gustaria más que hacerlo"
"Bueno, la vida siguió en paralelo. Tú con tus historias y yo con la mías pero, de vez en cuando, durante un instante y sin saber porqué me venían tus recuerdos a la cabeza. Echarte de menos no significa no poder vivir sin ti"
"Entonces yo también te he echado de menos y tengo la sensación de que seguiré haciéndolo"

sábado, 19 de marzo de 2011

Yo también

"Esta noche es especialmente fría. Parece que la calidez ha desaparecido del mundo"
"Eso no puede desaparecer. Se puede esconder o tal vez podemos enterrarlo bajo un montón de indiferencia, pero sigue estando allí. Es en parte lo que nos hace humanos"
"Eres capaz de pensar eso medio enterrado en un trinchera, con cientos de hombres asustados a tu alrededor con el pulso tembloroso y el dedo cerca del gatillo. ¿Dónde está la calidez aquí?"
"Está precisamente en ese miedo que tenemos todos de morir y de perdernos todo lo que el futuro nos depara. Esas esperanzas, esos sueños... Esa es la calidez"
"Te puedo asegurar que yo me muero de calidez esta noche"
"Y yo también... Yo también"

viernes, 18 de marzo de 2011

Breve relato erótico

Ahora estas frente a mi... Con tus pechos a tiro de mi intención, con tu boca entreabierta y los ojos cerrados. Amago un beso, tus labios decepcionados cambian el gesto y tu voz emite un gruñido de desaprobación... Hay que ver lo que me gusta hacerte sufrir. Evito tu impaciencia buscando tu cuello, apretando con suavidad entre mis labios unos centimetros de tu piel por encima de tu clavícula... Recorro la distancia que lleva a tu hombro y ahí te muerdo con más intensidad. Escucho un leve gemido, mezcla de dolor y placer... La primera nota de la sinfonia que vamos a componer esta noche. Me guías la cabeza para que mi boca llegue a la tuya. Suavemente, aterrizan mis labios... Siento escalofríos, me recorren desde la nuca hasta el final de la espina dorsal y viceversa. No puedo evitar que mis ansias de ti salgan a buscarte y al notar la presión bajo tu abdomen, me sonries burlona y lames desde mi mentón a mi boca. Mis manos recorren tu espalda, sin prisa pero sin pausa. Ya sabes donde voy y te pones de puntilla para que llegue antes. Levanto tu vestido sedoso y tu piel entre mis dedos tiene mejor tacto. Dibujo tu contorno, dejando bien mis huellas dactilares en toda tu silueta. Tú te giras y aprovecho para sacar tu vestido por encima de tu cabeza. Tu desnudez se refleja en aquel espejo oportuno, mientras cojo tus pechos... Ladeas la cabeza y repito recorrido desde tu clavícula a tu hombro. Mi mano izquierda sujeta su correspondiente pecho y mi otra mano se aventura por tu abdomen en dirección al lugar más cálido de tu cuerpo. Tus piernas se abren levemente como una invitación que no pienso rechazar. Tu mano me acompaña en este peregrinar al centro de mis deseos. Mi dedos se deslizan sobre tu pubis con suavidad, poco a poco, tu deseo se hace evidente y mi mano se desliza con mayor facilidad. La respiración se va entrecortando paulatinamente... Creo que voy por buen camino. Recorro tus rincones entreabiertos, ansiosos de mi. Mis huellas se van a quedar en tu piel, amor. Las yemas de tus dedos acarician mi mano, aquella que quiere llevarte a un lugar dónde tú y yo nos fundimos en una sola palabra, nosotros. Gritas y yo incremento mi velocidad. Casi llegamos a nuestro primer destino, cielo. Tus manos se entrelazan en mi cuello y me aprietas contra ti, mientras te mueves de forma espasmódica hasta que un gemido largo te para en seco. Tu esencia me impregna y te giras para besarme.
Buscaremos una segunda parada. Siento a tu cuerpo adormecido, apenas si puedes sostenerte en pie. Me pides que te lleve hasta la cama y te dejo suavemente. Te beso, otra vez más, pareces cansada. Te incorporas y te sientas frente a mi, mientras yo sigo de pie. Besas mi abdomen y acaricias suavemente mis muslos. No pienso dejarte hacer lo que estas pensando, amor. Me miras con una media sonrisa mientras vas abriendo tus labios y acercandote, poco a poco, a mi... Estoy a punto de dejarme llevar, pero hoy me he prometido que no iba a aceptar ningún placer sin ti. Suavemente, aparto tu cabeza. Me miras algo disgustada, pero vuelvo a besarte para cambiar tu gesto. Me tiendo sobre ti y tú me abres camino. Muy despacio, voy sintiendo como mis deseos se adentran en los tuyos. Un hormigueo recorre mi columna, mi abdomen se tensa y siento tus manos recorrer mi espalda. Mis brazos se mantienen en tensión para poder mirarte a tus ojos, que apenas pueden mantenerse abiertos en cada suave acometida. Soy capaz de sentir cada centímetro de tu piel a través de tu transpiración... Sube la temperatura, nuestros sudores se entremezclan en un mar que no cubre. Destenso mis brazos y me dejo caer sobre ti. Nuestras mejillas estan juntas y te oigo respirar y gritar, por separado y a la vez. Estoy oliendo tu pelo, mientras sigo con el ritmo que ahora también tus piernas enlazadas sobre mis gluteos marcan. Voy a oler tanto a ti, que me va a parecer un sacrilegio a tu memoria darme una ducha. Empiezas a moverte de forma espasmódica, otra vez. Ya sé donde acaba esto. Te beso y voy acelerando el ritmo. Nuestros pubis chocan y suenan como un instrumento de percusión a cada batida. Tu respiración se descontrola y la mia se solidariza. Siento como cada vez tu cuerpo me opone menos resistencia y ya no puedo parar, tú no me dejarias. Me pides más, me dices que necesitas mucho más, que no pare.... No pararía jamás, amor. Siento que voy a desfallecer en cualquier momento. Debo seguir. Tu gritas y me arañas, yo me dejo ir y siento como traspaso los limites de mi piel y de la tuya. Mi ojos cerrados, mi cara contraida, no puedo evitar un gemido largo e intenso, al que tu acompañas con otro más agudo. Empiezo a abrir los ojos y tu rostro se aparece tras una neblina. Sonríes y me pides un beso. Nos besamos mientras la luz del sol nos cuenta, que aunque no nos lo creamos, la tierra ha seguido girando. No sé a ti, pero por mi se podría haber parado. Esta noche sólo importábamos nosotros dos y nada más.

Polvo entre los dedos

El recuerdo del olor de las naranjas recién cogidas del árbol inundó su nariz... Era capaz incluso de saborearlas. Cuando era niño, en el patio de su casa crecían dos hermosos naranjos que daban más frutos de los que su familia, vecinos y conocidos podían comer. Algunas de las que recogían las dejaban el sótano. Cuando pasaba el tiempo la piel naranja se tornaba verdosa, una especie de polvo de ese color las cubría y si pasaba algo más de tiempo esa fruta se deshacía como polvo entre los dedos...
"Señor... Lo lamento mucho, pero ya no podemos hacer nada más por usted. La enfermedad ha avanzado mucho y lo único que queda es conseguir que este lo más cómodo posible"
"¿La enfermedad es verde?"
"¿Perdón?"
"Olvídelo... ¿Me podría traer una naranja?"
Para Manolo... Dondequiera que este.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Plastilina

Hacia tiempo que se había fijado en ella. Era, sin dudar, la única niña a la que él siempre tiraba del pelo y a la que, en alguna ocasión especial, había pringado su baby rosa de barro. No sabía bien porque, pero no le interesaba molestar a ninguna otra.
Un día, mientras se comía su plastidecor amarillo, decidió dibujarla: Un sol verde en el cielo, un palote por cuerpo, dos brazos irregulares, pelo violeta (el plastidecor amarillo ya debía estar en su estómago), una flor y lo más parecido a un corazón que su coordinación de 3 años le permitió. Se acercó a ella con su torpe andar, mientras ella maltrataba a un trozo de plastilina y mordía la tetina de su chupete. Puso el dibujo encima de la mesa y ella tan ocupada estaba con su amorfa escultura que ni lo miró. Él insistió y, por fin, ella cogió aquel papel y lo observó con mucha atención. Después de un rato dejó a un lado el dibujo, se quitó el chupete de la boca y se lo entregó a él. El niño lo cogío e hizo lo único que sabía hacer con él. Se fué con el chupete en la boca hasta su asiento y se quedó allí un largo rato.
Él no lo sabía pero le acababan de dar su primer beso.

Hijo de puta

"Que hijo de puta"
"Bueno, tampoco hay que precipitarse... Tal vez tenía alguna razón para hacerlo. Joder, no sabemos casi nada de lo que pasaba por su cabeza. No lo conocíamos lo suficiente. Tal vez es culpa nuestra por no habernos preocupado, por no haberlo saludado cuando llegaba por las mañanas..."
"No hables, no hables... Tienes un agujero en el pecho, tienes que intentar guardar el aliento. Joder, te mueres..."
"Vale... Es un hijo de puta..."

Divergencia de criterios

"Siempre he confiado en el ser humano. Se podría decir que soy un humanista"
"Algunos dirían que eres un gilipollas"
"¿Y eso es un problema? Eso es sólo una divergencia de criterios... Yo creo en ellos y ellos no creen en mi"
"Si todos fuésemos iguales sería algo aburrido"
"Claro... Desde un punto de vista egocéntrico, el mundo se divide entre la gente que diría que soy gilipollas y la que no"

Paciencia

"Creo que conforme pasa el tiempo y me hago más viejo voy perdiendo la paciencia para todo"
"¿Si? ¿Y que piensas hacer?"
"No sé. Podría coger un fúsil y salir a la calle... Saltar desde un acantilado... Destrozar papeleras o espejos retrovisores... Podría correr sin parar hasta perder el aliento... Beber hasta perder el pudor, la consciencia..."
"Podrías hacerlo todo, pero no en el orden en el que lo has dicho... Yo te recomiendo que hagas como último lo del fúsil, justo después de lo del acantilado"