miércoles, 16 de marzo de 2011

Plastilina

Hacia tiempo que se había fijado en ella. Era, sin dudar, la única niña a la que él siempre tiraba del pelo y a la que, en alguna ocasión especial, había pringado su baby rosa de barro. No sabía bien porque, pero no le interesaba molestar a ninguna otra.
Un día, mientras se comía su plastidecor amarillo, decidió dibujarla: Un sol verde en el cielo, un palote por cuerpo, dos brazos irregulares, pelo violeta (el plastidecor amarillo ya debía estar en su estómago), una flor y lo más parecido a un corazón que su coordinación de 3 años le permitió. Se acercó a ella con su torpe andar, mientras ella maltrataba a un trozo de plastilina y mordía la tetina de su chupete. Puso el dibujo encima de la mesa y ella tan ocupada estaba con su amorfa escultura que ni lo miró. Él insistió y, por fin, ella cogió aquel papel y lo observó con mucha atención. Después de un rato dejó a un lado el dibujo, se quitó el chupete de la boca y se lo entregó a él. El niño lo cogío e hizo lo único que sabía hacer con él. Se fué con el chupete en la boca hasta su asiento y se quedó allí un largo rato.
Él no lo sabía pero le acababan de dar su primer beso.

2 comentarios:

  1. Me encanta!!!!
    Qué bonito por todos los dioses!!!
    Bienvenido a blogger... avisa si son distintos, para saber si te tengo que linkear por duplicado ;)
    BeXo

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  2. Muchas gracias, cielo... Son iguales, lo que voy es poniendo una pequeña selección.

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