lunes, 16 de mayo de 2011

Como los hombres

Nunca se le dió muy bien eso de caminar erguido... Toda aquel que le rodeaba y que tenía más de treinta años se lo recordaba constantemente. "Hay que caminar con la espalda recta y mirando al horizonte... Así caminan los hombres". En fin, él todavia no habia decidido si quería ser un hombre y empezaba a luchar contra una naturaleza que el azar le habia impuesto. Nadie podía entender que mirando al suelo aseguraba cada paso y no dar ni uno en falso era muy importante en la época que le habia tocado vivir.
Se sentía bien entre mujeres, de oyente invisible en aquellas charlas donde las picardías volaban como dientes de león, de un lado a otro.
Sus silencios le acompañaban, cuando uno abre la boca puede dejar salir cualquier cosa y su secreto debía permanecer escondido.
Los ojos le escocían algo, mezclas de sudor, colonia barata y rimmel habian rodeado sus pestañas provocándole un leve y falso llanto. El tacto de su boa de plumas en el cuello, el sonido de la música y los aplausos que se oían más allá de su camerino le habian puesto la carne de gallina. Trece escalones debía bajar con sus zapatos de plataforma y tenía la determinación de hacerlo mirando hacia el horizonte, con la espalda recta, como le dijeron que caminaban los hombres, con el orgullo de poder ser quién es por primera vez. Sin nada que ocultar y sin nada que perder.

3 comentarios:

  1. PUes sí, con el orgullo de poder ser quién es por primera vez...
    NO hay nada mejor que dejar las apariencias y concentrarse es ser lo que se es.

    Gran post
    Un beso azul

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  2. dejarse de tópicos, costumbres y saber estar, me encanta, cada uno como es y a quien no le guste ¡largo!!!!! no hay nada mejor que atreverse a quitar todas las máscaras que arrastramos con los años.

    Olé. Un beso!

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  3. éste no lo leí,se me pasó. Muy bien relatado, no sólo se te da bien la poesía.

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